martes, 3 de abril de 2012

MIGUEL OÑATE

16 de marzo 2012. Revirock Studios (Plató Live Music)

Acostumbrado a actuar en locales de pequeño aforo, sin apenas montaje y muchas veces con la única compañía de su acústica, uno de los cantantes más particulares y brillantes de nuestro rock, MIGUEL OÑATE, se enfrentaba al reto de presentar sus canciones ante una audiencia bastante más numerosa y dentro de un marco mucho más cuidado y complejo.

Aun con la seguridad de saber del enorme talento que sigue manteniendo el ex vocalista de Asfalto, uno iba con cierta inquietud acerca de lo que iba a encontrarse aquella noche de viernes en los locales de Vicálvaro donde iba a tener lugar el evento que, además, fue recogido por al menos cinco cámaras de vídeo para su posterior publicación en DVD.

Afortunadamente todo salió muy bien, con la voz y el carisma de Oñate transmitiendo sensaciones a cada nota para disfrute de una audiencia heterogénea en la que igual había algún fan más joven con camiseta de Judas Priest, que veteranos rockeros o no tan rockeros de toda la vida que abundaban entre los asientos habilitados para la ocasión en el amplió plató donde pudimos asistir al show.

Pero el protagonista que nos congregó a la cita no estuvo ni mucho menos solo sobre las tablas, rodeado de un montón invitados dentro de un escenario aderezado con gusto y originalidad para la ocasión creando una acogedora ambientación. De hecho todo empezó de forma muy teatral con una misteriosa y lúgubre intro grabada sobre la cual fueron tomando posiciones los tres músicos fijos que vienen acompañando últimamente a Miguel en sus actuaciones, el bajista Jesús Utande, el batería Juan Barroso y el guitarrista Javier Bermejo que fue el que más me llamó la atención por su destreza y sentimiento con la acústica.

Una vez tomadas posiciones empezaron a sonar las primeras notas de “El Reposo Del Guerrero”, con Oñate sentado en un trono situado en uno de los lados del escenario para ir incorporándose de forma suave con su potente y melódica voz a ritmo de blues. Sin apenas darnos cuenta apareció en escena el actor Sayago, interactuando entre los músicos y dando un toque de humor a la interpretación de “El Astuto” un divertido tema dedicado a esos “amigos” que tienen como lema el “por interés te quiero Andrés” sin ponerse colorados.

Seguía desarrollándose la acción con la participación de otra nueva invitada, en este caso la actriz Maribel Ripoll, habitual de algunas series televisivas, y que encarnaba el papel protagonista de “Esa Camarera” personaje canalla y arrabalero que fue animando más el ritmo dentro de un tema rockero vacilón con cierto regusto Sabina.

Inmediatamente después nos sorprendió Miguel con una digna “Fly Me To The Moon” que hizo grande “La Voz” Sinatra, pero dándole un toque algo más blues-rock, y que además sirvió para que el Coro Vallekanta fuera cogiendo sitio al fondo del escenario para apoyar con su buen hacer desde entonces hasta el final. Se hicieron notar más en la lenta “Contradicción” con un punto soul y un ritmo creciente, y sobre todo en la imprescindible “La Señorita Depresión” llena de expresividad con más tono góspel pero también rockero, siendo de las que más conectó con el público que empezó a acompañarla con palmas.
Cambio de registro para dejarnos una reducida versión instrumental de “Escuela de Calor” de Radio Futura que sirvió con invitación al escenario de Luis Auserón, que con su ronca voz se marcó un simpático dueto con Miguel en “La Torre De Papel”, quedando curiosa con cierto regusto country, mientras el coro participaba en un casi inapreciable segundo plano. Tomó más protagonismo en el blues “A Medias” que haciendo honor su nombre se marcaron a pachas Oñate con la televisiva Teté Delgado que sorprendió a más de uno con su potente voz, además de por su habitual buen rollo.

Se tranquilizó el ambiente con la lenta “El Telón” para la apareció el violonchelista Joaquín Ruiz dando buen soporte a la voz principal junto a al coro, que descansó después tomando el protagonismo los Topo Lele Laina y José Luis Jiménez, el primero acompañado de su acústica, para empezar a entonar junto a Oñate las notas de “¿Qué es Esta Vida?”, y de la animada “Sombra y Sol” donde volvió a hacerse notar el coro.

Nuevo momento divertido con la vuelta de Teté Delgado y Maribel Ripoll en forma de musas para reclamar la presencia del protagonista con algún que otro poema de coña, y tras los cuales reapareció Oñate con una imagen más rockera tras su segundo cambio de vestuario y con la acústica colgada prácticamente hasta el final. Acorde con la imagen sonó la reivindicativa “Mientras” a ritmo de rock urbano.

Vuelta al blues-soul con un gran dueto junto a Lourdes Del Pino, ex vocalista de Casablanca, que llenó de fuerza y sensualidad “Un Sobre Rosa”, en la que también participó de nuevo Joaquín Ruiz con su chelo dando un toque romántico. Y si este dueto estuvo muy bien, no le fue a la zaga ni mucho menos el que se marcó Miguel junto a Gaby De Val (The Val) en uno de los temas que más me gustó de la noche “La Llave” de nuevo con deje soul pero con un ritmo más optimista y cómplice convenciéndome plenamente.

Notamos que se aproximaba uno de los momentos más esperados del concierto cuando Miguel interpretó un breve fragmento de “La Copa” (o “Una Copa Por Un Viejo Amigo” según el disco de Ñu del que estemos hablando), y que obviamente sirvió como preludio para la entrada en escena de José Carlos Molina flauta en mano dando brillo y color al irónico blues “Fenicio”, eso sí se limitó a soplar y no abrió la boca ni para cantar ni para dirigirse al público que le reclamaba, genio y figura.

Se acercaba el final y de nuevo volvieron las reivindicaciones a ritmo de rock urbano con “Crisis” más actual que nunca por desgracia, quedando muy sólida con la buena aportación coral, que se multiplicó con el fin de fiesta propuesto en “El Bar De Katy” para la que se sumaron todos los que habían participado como invitados quedando la diversión en todo lo alto como si del propio bar se tratara.

Un breve descanso y tras ser reclamado por sus fieles, Miguel Oñate volvió para dejarnos con el clásico “Somewhere Over The Rainbow” en una versión soul-blues llena de encanto y en la que también tuvieron gran protagonismo los integrantes del coro Vallekanta. Gran broche para una completa y original propuesta, tanto musical como escénicamente, lejos de lo que estamos acostumbrados a ver por estas tierras, y que nos mostró a un magnífico artista en toda su dimensión, y eso que no hubo nada de Asfalto en el repertorio, se basó en sus dos discos en solitario (“Muy Personal” y “Crisis y Castigo”), aunque quizá algún pequeños recuerdo no hubiera estado mal. Ya estamos deseando poder ver el DVD para revivir el momento.
Mariano Palomo

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