lunes, 4 de marzo de 2013

HELLOWEEN / GAMMA RAY / SHADOWSIDE

1 de Marzo de 2013. Sala La Riviera

El sueño de los fans del power metal germano hecho realidad. Hace pocos años Helloween y Gamma Ray también hicieron una gira conjunta, pero por lo que se ve al público le sigue pareciendo poco, a juzgar por la excelente entrada de la noche.


Lo temprano de la hora nos impidió poder ver a Shadowside, cosa que lamentamos. Llegamos muy justos de tiempo, escasos minutos antes del comienzo de GAMMA RAY.
Tras la intro “Welcome” arrancaron con “Anywhere In The Galaxy”, “Mens, Martians And Machines” y “The Spirit”. En esos momentos la mayoría pensábamos que el repertorio iba a ser una versión abreviada de “Skeletoons & Majesties Live”, y nada más lejos de la realidad. Después de “Gamma Ray” nos regalaron en primicia total “Master Of Confusion”, canción que da título al nuevo álbum de inminente publicación. Podemos adelantar que es un auténtico himno, cañero, comercial, muy en la onda de lo mejor de Gamma Ray. La gente lo recibió como si fuera un tema de toda la vida, tal es la capacidad de enganchar a la primera que tiene esta nueva composición. Tampoco estuvo mal “Empire Of The Undead”, el segundo estreno de la noche, aunque es una canción no tan pegadiza y un tanto desquiciada, quizá un poco al estilo de “Future Madhouse”.
El nuevo batería Michael Ehré dejó muy buena impresión. No es Dan Zimmermann, pero está muy claro que Kai y compañía no se iban a conformar con cualquiera para sustituirle. Tras “Emphaty” y “Rise” aún tuvimos más sorpresas con “Future World”, pues casi todos creíamos que la reservarían para el cierre con Helloween. Lo cierto es que salimos ganando, porque al contar con poco tiempo la interpretaron del tirón, sin las habituales y un tanto cargantes interrupciones para hacer cantar al público. La recta final llegó con la majestuosa y coreada “Hail To The Metal”, y tras un corto bis terminaron definitivamente con “Send Me A Sign”. En total una hora aprovechada al máximo que nos dejó a todos encantados.
A las 21:15 horas HELLOWEEN arrancaron con “Wanna Be A God”, continuando con “Nabatea”. Pudimos comprobar que apostaron muy en serio por su nuevo trabajo “Straight Out Of Hell” del que cayeron unas cuantas canciones más, como iremos viendo. No fuimos pocos los que opinábamos que el orden de las bandas debería haber sido al contrario, y tampoco faltamos los que moriremos sin llegar a tragar nunca del todo la irritante voz de Andi. Pese a todo, no deja de ser un buen cantante, y sus virtudes como frontman se acentúan con público hispanohablante, pues al defenderse bien en castellano por todos los años que lleva viviendo en Canarias, puede animar y bromear con la gente en nuestro propio idioma.
El público se vino arriba con “Eagle Fly Free”, y también fue bastante bien recibida “Straight Out Of Hell”. “Where the Sinners Go” dio paso a más raciones del nuevo disco, “Waiting For the Thunder” y “Burning Sun”. Tras un, en opinión de algunos, prescindible solo de batería, llegó “Who’s Mr Madman”, y más del último álbum, “Live Now!” y “Hold Me In Your Arms”. A partir de aquí dieron cabida a temas un poco más antiguos pero de la era post-Hansen, “Falling Higher”, “Hell Was Made in Heaven” y la muy coreada “Power”, con la que tuvimos la primera pausa.
El bis trajo dos piezas muy bien recibidas, “Are You Metal?” y la celebradísima “Dr. Stein”. Pero aún faltaba el momento más esperado por todos, el auténtico fin de fiesta, con la presencia de Kai en el escenario, y por tanto con tres guitarras, se curraron un medley formado por “Halloween”, “How Many Tears” y “Heavy Metal (Is The Law)”. Si parecía que la gente no podía estar más enfervorizada, el delirio más absoluto tuvo lugar cuando Henjo y Dirk de Gamma Ray aparecieron empuñando también sus instrumentos para “I Want Out”. En realidad tantos bajos y guitarras sonando a la vez era un tanto caótico, pero todos estábamos tan ocupados desgañitándonos y botando como posesos que no nos dimos ni cuenta. Fue una locura total, y de no ser por la puñetera manía de la sala de cortar a las 23:00 horas, nadie se habría quejado si estos momentos mágicos hubieran durado media hora más.
Nacho Jordán

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