martes, 1 de diciembre de 2015

TEQUILA SUNRISE / ROCKSTION

28 de noviembre 2015. Sala We Rock

Cerrábamos un intensísimo mes de noviembre a nivel de conciertos el pasado sábado 28 asistiendo a la presentación en sociedad de una de las bandas más interesantes y prometedoras surgidas últimamente dentro del hard rock nacional, los madrileños Tequila Sunrise, que con apenas un EP de cuatro canciones en la calle han sido capaces de llamar la atención de medios y público por la calidad y frescura de su material.
Pero antes de meternos en harina con lo que fue la actuación de los cabezas de cartel, comentaremos el divertido show que nos ofrecieron los rockanroleros ROCKSTION, una formación que ya lleva bastante tiempo pateándose los escenarios capitalinos y que fueron un perfecto aperitivo para lo que luego pudimos disfrutar. Lo suyo es rock & roll guitarrero y desenfadado, directo y sencillo, de estribillos claros y coreables, con la poderosa voz de Víctor Sandoval al frente, bien apoyado en los coros por el bajista Daniel Sandoval que también tuvo bastante protagonismo a lo largo del concierto, formando una buena base rítmica con el batería José Luis Hernández. Por su parte el guitarrista Jorge Pecharromán se marcó algunos buenos solos dentro de los temas, contando con la réplica rítmica del último fichaje de la banda Juan Carlos “Charly” Quiles, ex entre otros de La Revuelta.
Comenzaron su actuación de forma rotunda con una tórrida “Quédate a Dormir” con un toque blues-sureño de lo más interesante, pasando luego a descerrajar el tema título de su EP “Rockero Hasta el Final” con un sonido sucio y macarra marcado por su pegadizo estribillo. Con Víctor ejerciendo de maestro de ceremonias continuaron con la más agria y pesada “Atrapado en el Sofá”, a la que sucedió “Viva el Rock & Roll” con la que acabaron de contagiar a un cada vez más numeroso público que coreó su estribillo junto a la voz más aguda de Dani dejándose notar.
El espíritu motero impregnó la polvorienta “Angel de la Guarda” que me sonó un poco a los Cult del “Electric”, sobre todo por el trabajo a la guitarra de Jorge, que giró más macarra en la directa “Nada Me Va a Parar”, embarullándose en la agresiva y áspera “Pistolas y Rosas”, como su título indica homenaje a la banda de Axel Rose y Slash. Para el final dejaron una pesada pero resultona “Cenizas” y la rápida “Nunca Más” que resultó de lo más contagiosa poniendo el cierre a una hora de buen rock & roll.

Después de salir a tomar el fresco un rato, volvíamos a la sala ya con los chicos de TEQUILA SUNRISE sobre las tablas comenzando a descargar “Face the Truth” uno de los temas de choque de su EP que ya nos sonó magníficamente en estudio y que en directo refrendándose esa buena impresión con creces. Tema poderoso y melódico con el que todos los que prácticamente abarrotábamos la We Rock podíamos corear con fuerza su tremendo estribillo. Antes de este tema, y si cumplieron el set list previsto, debieron tocar “Day By Day” que supongo será una de las nuevas composiciones que formarán parte de su próximo disco previsto para los primeros meses de 2016.
Otro de esas nuevas canciones sonó a continuación, “My Way (… Or the Highway), sonando también muy bien en su línea de hard rock melódico con fuerza y empaque, con la poderosa voz de Jorge Cortés (ex Steel Horse) brillando junto a las magníficas guitarras de Ramón Blein y de Cecilio Sánchez-Robles (Ankhara) que se repartieron los solos con algo más de protagonismo del primero, y acompañando también con acierto en los coros. Por su parte el batería Rubén Santos y el bajista Jesús Acosta reclutado recientemente para la causa, sonaron muy correctos aunque algo altos por momentos.
Siguieron presentando temas comenzando por quizá el que más me gustó de los nuevos “Stay On The Wildside”, una señora canción con la que me recordaron a los Boston más hard rockeros, antes de llegar a la parte más cercana al A.O.R. del concierto con la ya conocida “Too Late” plena de elegancia y clase, al igual que la original “She” comenzando relajada para ir cogiendo intensidad y altura en su desarrollo salpicado de detalles cercanos a la fusión en su base, cerrando esta fase más melódica con el sensual medio tiempo “Comin’ Home”, otro muy buen tema.
A partir de aquí más ritmo y virtuosismo con la fantástica “There Are No Heroes” con su innegable influjo Mr. Big en su frenético comienzo a lo “Colorado Bulldog”, prolongándose brevemente la exhibición técnica instrumental antes de dejarnos una endurecida versión del clásico “Come Together” de los Beatles, y una marchosa “Fallen Angels” dentro del sonido hard rockero cuidado y potente del que hicieron gala a lo largo de todo el concierto.
Los bises sin apenas descanso se abrieron con una sorpresiva revisión del temazo “Stagefright” de Def Leppard que les quedó bastante bien aunque algo acelerada y chillona por parte de Jorge, que se calmó un poco con otra interesante pieza nueva como “Carry On”, cerrando definitivamente con una espectacularmente agresiva y poderosa “Nasty Habits” que me da la impresión que lleva camino de convertirse en uno de los himnos indispensables del grupo.
Un grupo que transmitía una enorme felicidad desde el escenario tras haber sido capaces de llenar una sala de mediano aforo, teniendo en cuenta la cantidad de conciertos que coincidían en la misma fecha, y que para ser la primera vez que tocaban juntos en directo la verdad es que lo hicieron realmente bien, siempre con margen de mejora, pero demostrando que se pueden hacer las cosas con clase y poderío sin necesidad de sacrificar la calidad por la actitud ni viceversa, buenos temas, buenos músicos y creyéndose lo que hacen, motivos desde luego tienen para ello.
Ahora sólo falta esperar que saquen lo antes posible su primer larga duración para poder seguir disfrutando de ellos tanto en estudio como en directo, y que sigan creciendo y forjándose una brillante trayectoria, los primeros pasos ya están dados y los cimientos parecen suficientemente sólidos para ello.

Mariano Palomo

lunes, 23 de noviembre de 2015

FM / ELECTRIC BOYS

21 de noviembre 2015. Sala Cats
Interesantísimo programa doble el que se anunciaba en la Sala Cats (local de referencia y altura tras su magnífica reforma) de la mano de dos bandas que llevan unas semanas compartiendo gira por Europa llegando a Madrid el pasado sábado para ofrecer su directo al público capitalino. Un público que respondió en una medida menor de lo que se merecen las dos formaciones del cartel, sobre todo por la que al final era cabeza del mismo como pudo comprobarse por mucho que se anunciara como gira compartida, y que una vez más reunió a los habituales fieles del hard melódico que solemos juntarnos en este tipo de conciertos, el día que nos cansemos o no podamos asistir los de siempre no sé qué va a pasar con la tan manida “escena” del género.
En cualquier caso, y una vez finalizado el Madrid–Barça, los aproximadamente doscientos cincuenta que finalmente nos dimos cita en la sala pudimos disfrutar de una gran noche, comenzando con los suecos ELECTRIC BOYS que si bien no lograron congregar a una gran cantidad de fieles al principio de su actuación, fueron capaces de convencernos y hacernos mover a los que paulatinamente nos acercamos a disfrutar de su divertido y potente directo.
Atacaron abriendo con la movida aunque algo opaca en su sonido “Psychedelic Eyes”, con buena actitud y presencia escénica acorde con su hard rock de clara inspiración setentera salpicada de detalles funkies que yo no tenía muy controlados pero que, al menos en directo, me resultó de lo más eficaz y entretenido. Continuaron sonando más brillantes con “Into The Ditch” tema con mucho groove a lo Red Hot Chilli Pepers pero con una base muy Zeppelin en la que destacó la tremenda pegada de Niclas Sigevall que con su sencillo kit de batería supuso el perfecto soporte para las incursiones de bajo del peculiar Andy Christer.
Estos dos primeros temas pertenecen a su primer trabajo “Funk-o-Metal Carpet Ride” del que recientemente se cumplía el vigésimo quinto aniversario y con el que coparon el ochenta por ciento de su set list, y que siguieron desgranando con la más tranquila y algo hippie “Change” en la que el vocalista Conny Bloom, ex Hanoi Rocks, bajó un poco el tono festivo, acompañando también con su guitarra más relajada junto a la de Franco Santunione que pasó más desapercibido a lo largo del show. Recuperaron el pulso más rotundo con la marchosa “Electrified” y con la más dura “Freaky Funksters”, ambas con más rollo funky con la utilización del slapping a cargo de Christer, y sobre todo la primera destilando cierto aroma a los primeros Aerosmith.
Momento para recordar el segundo trabajo del grupo, “Groovus Maximus” del que rescataron la atemperada “Mary In The Mistery World” precedida de un mínimo guiño al clásico reggae “No Woman No Cry”, y la mucho más convincente “Knee Deep In You” con sus guitarras de alto octanaje y su potente y melódico desarrollo rítmico. Tras este buen momento, rápida presentación de la banda sobre los acordes de “Roadhouse Blues” de los Doors, para seguir con la incendiaria “Rags To Richies” que hizo corear y palmear al público al son marcado por Bloom.
Para el final nos dejaron “Captain Of My Soul” con mucho groove en sus guitarras y en su ritmo, cerrando definitivamente tras un breve abandono del escenario con su tema más conocido la contagiosa “All Lips N’ Hips” en el que se unen los elementos setenteros y algo psicodélicos del hard con un divertido estribillo que acabamos coreando todos los presentes. Buen cierre para casi una hora de divertida y competente actuación.
 
Pasado el pertinente descanso y una vez realiazado el cambio de equipo, llegaba el momento de volver a disfrutar, tercera vez en este 2015 en mi caso, de la banda más grande y que mejor ha sabido evolucionar y madurar dentro del hard melódico europeo, los británicos FM que, una vez más, volvieron a sentar cátedra con un concierto absolutamente memorable. Si las otras dos ocasiones en que pude verles este año el grupo estuvo al gran nivel habitual, se me quedaron cortas ya que sus apariciones estaban enmarcadas dentro de sendos festivales en los que no eran cabeza de cartel, pero en esta ocasión pudimos disfrutar de hora y media de show completo, aunque con el enorme catálogo de temazos que tienen siempre se echa alguno de menos (“Blood and Gasoline”, “Does It Feel Like Love”, “Tattoo Needle”, “Someday”, “American Girls”), con un sonido cuasi perfecto desde el inicio, y con un giro ligeramente más rockero con gran presencia del sonido de las guitarras pero sin perder un ápice de melodía.
Tras una breve intro enlatada comenzamos a disfrutar con la poderosa “Digging Up The Dirt” que también abre su fantástica última obra “Heroes & Villains”, comprobando ya desde el principio que el quinteto estaba en plena forma, liderados por un inconmensurable Steve Overland que sigue siendo uno de los cantantes más grandes del rock mundial, así de claro. Carisma sin empalagos, clase sin sobre exhibiciones, versatilidad y potencia cuando es necesario, melodía embaucadora en su voz, en fin, una maravilla muy bien secundada por una fantástica base rítmica en la que el simpático Pete Jupp es una garantía de solidez a los tambores, junto al imprescindible bajista Merv Goldsworthy que también apoya magníficamente a los coros. Una tarea en la que también participan el teclista Jem Davis, y un cada vez más suelto y protagonista Jim Kirpatrick que sin duda con su muy buen hacer a la guitarra se ha asentado como uno de los pilares de la banda.
Tras el comienzo más hard y actual, tocaba recordar dos de los himnos clásicos del grupo, una deliciosa “I Belong To The Night” que fue coreada por la audiencia ya plenamente integrada y entregada a la causa, que siguió disfrutando con la festiva “Don’t Stop”, luciendo las guitarras afiladas de Jim y Steve, antes de llegar momento soul con “Closer To Heaven” sencillamente perfecta transmitiendo con una emotividad vocal difícilmente alcanzable para el común de los mortales.
Vuelta la A.O.R. de manual con una cristalina “Let Love Be The Leader”, que para ser una cara B no está nada mal, y tiempo para dejarnos la segunda y última pieza del último disco, una “Life Is A Highway” que sonó muy bien haciéndose un hueco por derecho dentro de un set plagado de clásicos y hits del grupo, al igual que las también recientes “Crosstown Train” que resultó de lo más rockcera con ese especial regusto sureño, enlazándola con otra no menos grande “Wildside”, a la que sucedió una buenísima “Tough Love”.
Después de un buen rato de ritmos altos y buenas aportaciones guitarreras, nos relajamos con otra de esas joyas del A.O.R. que es “Frozen Heart”, elegancia y sentimiento puros que nos volvió poner la piel de gallina, para meternos otra vez en harina cañera con “All Or Nothing” y con una sublime “Tough It Out” que nos puso a cantar siguiendo su tremendo estribillo lleno de fuerza.
Antes de llegar a los bises todavía nos quedaba degustar una descomunal “That Girl” en la que las guitarras se combinaron mágicamente con las teclas de Jem, que luego tiró de armónica para adornar parte de la divertida y una vez más ganadora “Burning My Heart Down” que siempre es uno de los puntos álgidos de los shows de FM, junto a su himno “Bad Luck” con el que se despidieron antes de volver sin hacernos esperar demasiado.
Una vuelta encabezada inicialmente solo por Overland y Davis para dejarnos una sobrecogedora interpretación prácticamente a cappella de la preciosa balada “Story Of My Life” que a alguno le hizo tirar de kleenex y en la que por si el vocalista inglés se había exhibido poco, ahí acabó de rematar una memorable actuación en la que el sentimiento inundó la sala. Se unieron para rematar el tema el resto de miembros del grupo antes de despedirse definitivamente con una gloriosa “Other Side Of Midnight” que nos dejó a todos con un excelente sabor de boca.
Luego, apenas cinco minutos después compartieron saludos, fotos y autógrafos con todos los que quisieron acercarse a ellos, al igual que Electric Boys, demostrando una accesibilidad, simpatía y humildad que les hace aún más grandes. Por lo que sabemos la banda acabó encantada y ya están deseando volver a repetir la experiencia, seguro que los que estuvimos al otro lado de las tablas también, solo falta fijar la fecha.
Mariano Palomo

jueves, 19 de noviembre de 2015

LEYENDA / SCREAMER / ANKAA

14 de Noviembre de 2015. Sala Silkona

Excelente noche de rock en el barrio de Moratalaz. Personalmente tenía una espina clavada con Leyenda desde hacía 12 años. No todos los días tocan unos amigos a 500 metros de tu casa, pero aun así por circunstancias que ni siquiera recuerdo esa vez no les puede ver. Lo retorcido del asunto fue que actuaron en un concurso de grupos maqueteros que había en aquel entonces, y si participaron fue porque personalmente quien esto escribe había llevado su maqueta “Y Verás” a la sala. Paradojas del destino. Al final todo llega en esta vida. Y si a una gran banda y a unos grandes amigos se les unen dos magníficos grupos más, ¿qué más se puede pedir?

ANKAA
Ankaa es una joven banda madrileña formada en 2014 en cuyas filas milita Santi, el nuevo teclista de Leyenda, además de Almudena a la voz, José en la batería, Fabián como bajista y Adrián a la guitarra. Musicalmente yo los definiría como una banda de metal con matices oscuros y melancólicos.
Aunque se nota que todavía tienen que coger bastantes tablas en el escenario, les auguro un futuro prometedor si siguen entregándose con el mismo ímpetu que la noche del sábado. Además de la portentosa voz de la flamígera Almudena, cabe destacar la labor de Santi con su keytar que dota a los temas de una sugerente atmosfera melódica y de Adrian marcándose unos solos efectivos. La sección rítmica de José y Fabián se muestra bien compenetrada y cumplen también su cometido.
Andrés Horrillo
SCREAMER
Screamer es una banda sueca, concretamente de la pequeña ciudad de Ljungby, que practica heavy metal muy influenciado por la NWOBHM. Tienen dos discos en su haber, “Adrenaline distractions” (2011) y “Phoenix” (2013). La banda la conforman Henrik Petersson, un gigantesco batería de dos metros que no sé como cabía entre los bombos, Dejan Rosic y Anton Fingal a las guitarras, y las nuevas incorporaciones que son Alexander Petersson al bajo y Andreas Wikström como vocalista, que entró en la banda este mismo año después de que su anterior cantante Christoffer Svensson diera la espantada.
Cuando tengo intención de ir a un concierto, la semana antes me paso escuchando los temas de las bandas participantes, sobre todo si no he escuchado nada de alguna con anterioridad. Por razones laborales que no vienen al caso, esa semana me fue imposible indagar sobre la trayectoria musical de Screamer y cuál fue mi sorpresa cuando me encuentro con una banda que practican un buenísimo heavy metal de tintes clásicos que tan bien suelen hacer en Suecia, y si no escucha bandas como Ram, Enforcer, Astral Doors o Katana y sabrás a que me refiero.
Porque eso es Screamer, heavy metal efusivo y contundente, en algunos temas rayando el speed metal. Lamentablemente creo que el público asistente le pasaba lo mismo que a mí, que no se sabía las canciones, por eso cuando Andreas intentaba interactuar con ellos y animar a que cantasen por lo menos el estribillo, pocas voces son las que hacían caso. Aun así ellos no se amilanaron y dieron un concierto bastante intenso, en varios temas empalmaron uno con otro, la entrega fue total, los riffs afilados se sucedían con endemoniada rapidez y era todo un espectáculo ver como el coloso Henrik golpeaba la batería como si no hubiese un mañana. Yo desde luego disfrute como un enano y a día de hoy ya me he puesto al día con esta bandaza, si no los conoces, a qué esperas para hacerlo. No te arrepentirás, eso te lo aseguro.
Andrés Horrillo
LEYENDA
Leyenda estaban esa noche de doble celebración. Para empezar presentaban en Madrid su quinto disco oficial, “Bienvenido Al Paraíso”. Y en segundo lugar festejaban el vigésimo aniversario de su existencia como banda, aunque la mayoría de fans lo desconoce, porque su primera maqueta, “Atlantis”, data del 2000. En cualquier caso, también podían conmemorar los 15 años desde su primera grabación. Es un orgullo para quienes apostamos por ellos desde sus comienzos saber que no nos equivocábamos. Quizá les falte saltar al estrellato popular masivo, pero muy pocos hoy en día pueden presumir de una trayectoria como la suya.
Los Leyenda comenzaron con muy bien pie, contentos y motivados con la buena afluencia de público. Su repertorio fue un recorrido por sus cinco trabajos. Paradójicamente fue de su debut “Quintaesencia” el CD del que sonaron más temas. Pero no adelantemos acontecimientos. Comenzaron con “Horizontes” y “Entórname Los Ojos”, continuando con dos canciones ya clásicas como “Besos De Serpiente” y la inexcusable “Más Allá Del Fin”.

Tocando tan bien como nos tienen acostumbrados, y disfrutando de un muy buen sonido, sólo se les puede poner un “pero”. Lo poco que apoyan los demás a Antonio en los coros. Sólo el otro guitarrista, Diego, le ayuda algo. El resto ni siquiera se molesta en ponerse un micro cerca. Algunas canciones ganarían mucho con unos estribillos más poderosos. Tardaron un buen rato en estrenar algo de la nueva entrega, que no llegó hasta “La Isla Del Castigo”. Después de “Esmeralda” continuaron las novedades, con “Bienvenido Al Paraíso” y “Cuando Toque Luchar”. Los pocos asistentes que aún no habían escuchado el nuevo trabajo pudieron comprobar que no tiene nada que envidiar a sus predecesores.
La supuesta sorpresa de la noche a esas alturas ya no lo era. Todos habíamos visto en sala a antiguos miembros de Leyenda y sospechábamos lo que ocurriría. Diego, Santi, el bajista Javi y el batería Dennys abandonaron el escenario y junto a Antonio aparecieron los músicos de la formación clásica, los que grabaron los dos primeros discos. El guitarrista Ferdis, el bajista David y el batería Ivanhoe. Los cuatro protagonizaron un rato muy emotivo con cuatro temas de su primer trabajo: “Soy Yo”, “El Sueño Del Infierno”, “Espérame” y “Cazador”. La verdad es que si tuviera que elegir cuál de las dos formaciones sonó mejor no sabría qué contestar.
De nuevo volvieron a la palestra los actuales Leyenda, y no podía faltar la canción “Veinte Años”. Ya sólo quedó tiempo para “Desierto De Hielo” y “Ciudad Del Caos”. Quizá para Leyenda haya llegado ya el momento de que el próximo disco sea en directo.

Nacho Jordán

lunes, 16 de noviembre de 2015

BLACK STAR RIDERS

14 de noviembre 2015. Sala Arena

Justo una semana después del gran concierto de UFO en Madrid, el público capitalino volvimos a disfrutar de otro enorme show de pura esencia hard rockera de la mano de BLACK STAR RIDERS. Una formación acertadamente rebautizada así tras estar durante algún tiempo utilizando el nombre de los inmortales Thin Lizzy con el guitarrista Scott Gorham al frente como único miembro perteneciente a la alineación gloriosa de la banda irlandesa. Una vez dado ese paso, insisto muy acertado en mi opinión, y tras algunos cambios de formación la banda se ha asentado con dos grandísimos álbumes grabados, siempre manteniendo y honrando el sonido de Thin Lizzy.
Junto a Gorham destaca sobre todo la tremenda solvencia y carisma del cantante Ricky Warwick (The Almighty) que si ya nos gustó en disco, en directo ratificó sobradamente lo que ya intuíamos con un poderío y una puesta en escena realmente notable. Me sorprendió también muy gratamente el guitarrista Damon Johnson (Witness, Brother Cane) doblándose perfectamente con Gorham, haciendo muy buenos solos y acompañando en los coros junto al experimentado bajista Robby Crane (Ratt, Adler's Appetite) que formó una perfecta base rítmica con el batería Jimmy De Grasso (Y&T, Megadeth, White Lion).  Todos estuvieron muy bien.
Tras la actuación de dos grupos teloneros a los que no tuve ocasión de ver, llegamos a la sala que registraba una entrada decente de unas cuatrocientas personas más o menos calculo, y casi sin darnos cuenta apareció en escena el quinteto para empezar a descargar las primeras notas de la guerrera “Bloodshot”, con un sonido algo saturado que se corrigió bastante aun sonando muy potentes a partir del tercer o cuarto tema, estaba claro que habían salido a por todas desde el minuto uno y que no iban a hacer prisioneros. Así, sin tregua enlazaron con una gloriosa “Jailbreak” como primer recuerdo a Thin Lizzy en la que resultó espectacular ver el gusto y el respeto con que la interpretó Warwick recogiendo la esencia Lynott pero con personalidad propia, aunque me resultó bastante chocante que le mencionaran en ningún momento del concierto.
Mínimo parón para saludar y recordar a las víctimas del atentado sucedido en París el día antes y a seguir descargando buenísimos temas como la también marcial “Soldierstown”, o la más tranquila “Charlie I Gotta Go” que resultó de lo más emotivo con unas buenísimas voces, antes de acelerar con una contundente revisión de “Are You Ready” de Thin Lizzy haciéndonos mover el cuello con su frenético ritmo y que, al igual que en “Jailbreak” tuvo a Warwick como tercer guitarrista. Cambió seguidamente el vocalista británico la eléctrica por la acústica para acompañar una preciosa “Hey Judas”, volviendo a la vena más áspera con “Through The Motions”.
Vuelta a Thin Lizzy con “Waiting For An Alibi”, brillante y coreada por todo el público con un magnífico trabajo de la pareja de guitarristas, que se prolongó en la hechizante “Hoodoo Voodoo” que me sonó incluso mejor que en disco con mucho rollo, la igual que el tema que da título al primer disco de Black Star Riders, “All Hell Breaks Losse”, otro espectacular ejercicio de hard rock perfecto heredero de Thin Lizzy, enlazado brillantemente con el mega single “The Boys Are Back In Town” que sonó increíble.
Otra mínima pausa para presentar a los componentes del grupo por parte de Warwick antes de atacar ya sin respiro una maravillosa “Bound For Glory” llena de encanto y fuerza, que se relajó un poco con la más tranquila “Blindsided” de nuevo con la acústica en manos de Ricky que siguió rasgándola en otros dos grandes temas como “Kingdom Of The Lost” de clara ascendencia celta irlandesa pero llena de poderío, marca de la casa, y “Finest Hour” con una melodía espectacular tanto de voces como de guitarras.
Claro que para espectacular la interpretación que se marcaron de “Emerald”, sencillamente sublime, encarando una recta final que siguió con “The Killer Instinct” muy bien ejecutada, dejando para la traca final dos himnos intemporales como “Rosalie” palmeada con devoción por los presentes, y una inconmensurable “Whiskey In The Jar” que curiosamente he podido escuchar en múltiples versiones recientemente por un viaje a Dublín, pero que en ningún caso llegó a sonar con la clase e intensidad de la noche del pasado sábado en Madrid.
Broche de oro a noventa minutos de puro goce musical suponiendo lo que, a falta de lo que nos puedan ofrecer FM el próximo día 21 en la Sala Cats, ha sido para mí el mejor concierto del año 2015 en Madrid. Phil Lynott puede estar orgulloso, su legado está muy buenas manos.
Mariano Palomo

lunes, 9 de noviembre de 2015

UFO / REDS’ COOL

7 de noviembre 2015. Sala But

El pasado sábado comenzaba para un servidor un frenético carrusel de conciertos que acapararán la atención del personal rockero madrileño durante el presente mes de noviembre. Y nada mejor que hacerlo que con unos clásicos y referentes absolutos del hard rock que respondieron sobradamente a la expectación despertada entre el público capitalino que llenó en buena medida la céntrica Sala But que visitaba por primera vez y que me gustó bastante tanto por su distribución interior, como por su ubicación y su sonido, los únicos peros los de siempre, los precios de las bebidas y un personal no demasiado preparado para este tipo de eventos.
El caso es que entramos en el local ya con los teloneros, los rusos REDS’ COOL, habiendo consumido buena parte de su actuación ya que empezaron antes de lo previsto y apenas pudimos disfrutar de cuatro o cinco temas.
Unos temas con los que yo les descubría ya que apenas había podido ver un par de vídeos un algún día antes, y que nos sonaron muy bien en una onda de hard rock clásico con mucha melodía, de estribillos pegadizos y buenas guitarras que por momentos me recordaba a bandas como Great White o a los Saxon más “americanos”. A la vista de la reacción del respetable premiando al quinteto con una sonora ovación creo que se han ganado unos cuantos seguidores más en su paso por Madrid.

Continuando con el adelanto sobre el horario anunciado, salieron a escena a las 21:10 h. los británicos UFO, una de esas bandas imprescindibles para comprender la historia del hard rock y que, a pesar de haber atravesado periodos oscuros y escasamente atractivos, continuan dejando su inconfundible sello. Siempre con el carismático Phil Mogg al frente en un magnífico estado vocal, probablemente el mejor que le recuerdo de todos los conciertos que le he visto, bien acompañado por el recuperado ya hace un tiempo para la causa Paul Raymond doblándose con guitarra rítmica y teclados aportando su indispensable experiencia al sonido del grupo, al igual que el veterano Andy Parker que sonó realmente bien desde su set de batería.
Lo que se me hizo más extraño fue no ver a Pete Way al bajo, un tío que a pesar de sus problemas de adicciones siempre me ha parecido de los más grande, aunque en honor a la verdad quizá sea mejor que haya dado un paso a un lado y haya dejado su puesto a un Rob De Luca que también lo hizo muy bien, apoyando además en los coros con gusto y criterio. ¿Y de Vinny Moore qué? Pues que a estas alturas nadie va a descubrir la enorme calidad que atesora en sus dedos a la hora de tocar la guitarra, de su más que probada capacidad para adaptarse a una banda tan grande y asentada como UFO, pero no sé por qué en esta ocasión eché más en falta que nunca ese sonido más sucio y arrastrado de la Flying V de Schenker, de hecho hasta bien entrado el show me sonó excesivamente “limpio” para entendernos, me pareció que le faltó algo de feeling, y eso que el hacha norteamericano no paró de interactuar con simpatía y buen rollo con el público, pero no sé, su forma de tocar no me acabó de cuadrar, sobre todo en algunos temas emblemáticos del grupo.
En cualquier caso pudimos disfrutar de una gran actuación de casi dos horas de duración que comenzaba con una brillante “We Belong To The Night”, un tema no demasiado conocido de la discografía del grupo perteneciente al LP “Mechanix”, pero que con su pegadiza melodía resultó idónea para abrir fuego. Entraron en terrenos más sinuosos con “Fight Night” pura esencia UFO con la voz de Mogg susurrante, pasando luego a tonos más altos con la enérgica “Run Boy Run” una de las dos que cayeron de su última entrega “A Conspiracy Of Stars” que también fue muy bien recibida.
Aumentó más aún la temperatura con la maravillosa “Lights Out”, uno de los grandes clásicos del grupo que en lo que ha sentimiento y actitud vocal resultó espléndida, pero fue una en las que más me chirrió el sonido de guitarra de Moore, sobre todo por el solo notablemente cambiado respecto al original. Continuaron la faena con la envolvente “Rollin Rollin”, antes de volver a acelerar con la fantástica “Venus” que comenzó con Vinnie rasgando la acústica antes de sonar, esta vez sí, muy convincente y efectivo con la eléctrica, al igual que en la enorme “Only You Can Rock Me” que supuso uno de los momentos cumbres de la noche.
Bajó un poco el nivel de intensidad con la intrigante “Burn Your House Down” y con la hipnótica “Cherry”, volviendo a llevarnos a lo más alto con una inmensa interpretación de “Love To Love” palmeada espontáneamente por el respetable siguiendo la enorme melodía vocal de Mogg y los cambios de acústica y eléctrica que encajaban precisos junto a los teclados de Raymond. Más ritmo y guitarreo con la rotunda y reciente “Mesiah Of Love” que sonó muy muy bien, y con la movida “Makin’ Moves”, que sirvió como buen preludio de esa obra de arte que es “Rock Bottom”, siempre absolutamente genial desde el primer acorde pero que alargaron demasiado con el solo de Moore que además, como hizo con “Lights Out”, lo cambió excesivamente para mi gusto.
Mínimo parón y bises con el himno “Doctor Doctor” que nos puso a todos a cantar y a botar, poco más hace falta decir, antes de despedirnos definitivamente con otra espectacular “Shot Shot” en la que brillaron las segundas voces de De Luca y Raymond apoyando a un algo fatigado Mogg que a pesar de todo aguantó perfectamente el tipo dejándonos un grandísimo sabor de boca. Cierre grande para una actuación grande de un grupo de los más grandes.
Mariano Palomo

martes, 29 de septiembre de 2015

DRY RIVER / 7 ALMAS / THE VAL

26 de septiembre 2015. Sala Caracol

Desde que antes de verano se anunciara este festival de Hard Rock Melódico y Progresivo marqué su fecha en rojo en mi calendario de eventos ya que reunía muchos alicientes para ser muy tenido en cuenta, la variedad de estilos que ofrecía, el nivel de las bandas de las que sólo había visto hasta entonces a una de ellas pero con muy buenas referencias de las otras dos, además de la elección de la sala y el día. Y a la vista de la respuesta del público, no solo madrileño, parece que fuimos bastantes los que pensamos lo mismo completando prácticamente tres cuartas partes del aforo de Caracol, con los consiguientes movimientos entre banda y banda.

Con unos minutos de retraso respecto al horario anunciado se abría el telón y aparecían en escena THE VAL, una banda que afortunadamente parece que va recogiendo los frutos de su tremendo talento y trabajo con dos discos publicados hasta la fecha que en mi opinión son de lo mejorcito de la historia del A.O.R. nacional. Del segundo, “Heading For The Surface” dieron buena cuenta interpretándolo casi íntegramente, pero sin olvidarse tampoco de su ya entrañable “Back” que también tuvo hueco con cuatro de sus mejores temas en la hora y cuarto de la que dispusieron.
Comenzaron tras la intro de rigor con la enérgica “Wreckage Of My Heart” marcada por las voces de una inspirada y entregada Gaby De Val y en segundo plano de María López, que volvió a apoyar también desde uno de los teclados, y por un Alfonso Samos que ya vimos que como siempre estaba dispuesto a no dejarse ni un solo ni un acorde de su guitarra dando una clase de apasionada técnica. Por su parte Rubén Berengena marcaba el ritmo con precisión desde los tambores, mientras que Alex Morell sufría algún que otro problema de sonido con su bajo pero sin afectar mucho al sonido general, que se saturaba un poco cuando entraban los teclados de María junto a los de Tony Ortega, teclista principal del grupo.
Ya metidos en faena y con la gente disfrutando, nos dejaron una serie de temas a cual mejor, comenzando por la preciosa “Crusaders” con esos teclados sinfónicos maravillosos dando réplica a las escalas de guitarra que la adornaban por debajo de la voz de Gaby, que a continuación presentaba la positiva “Wish You All The Best”, a la que siguió una deliciosa “Up To Where You Are”, A.O.R. de primera clase con unos magníficos juegos de melodías de teclas y guitarra.

Tras esta primera remesa de temas recientes, momento para el recuerdo con el que fue el primer tema de choque de “Back”, la fantástica “A Kiss In A Dragon Night”, que sonó con más fuerza de lo habitual, al igual que una muy rockera “My Heart Is Beating” de nuevo con las dos voces femeninas brillando, para relajarse después con “She’s Dumb And Blind” que a pesar de su suavidad sonó rotunda e intensa.
Llegó otro momento cumbre con la blackmoriana “Roses And Rings” en la que nos invitaron a corear su sencillo estribillo envolviendo su gran melodía, antes de acelerar con la hard “Johnny’s Got a Red Car” que nos hizo movernos y corear de nuevo con sus golpes de voz previo solo-intro alargado de Alfonso con apoyo de Tony, aunque para solo del guitarrista el que se marcó explayándose a base de bien en “Stardust” cuadrándolo dentro de su sonido blues-soul donde lucieron Gaby y María con unas enormes voces.
Para el final nos dejaron dos de los temas más celebrados de su primer disco, la melancólica “The Unwritten Songs” provista de una gran carga emotiva y una fuerza enorme en su final más propio de Led Zeppelin que otra cosa, y su himno ecologista “The Age Of The Sun” que volvió a ser de lo mejorcito con su rollo luminoso, y en la que aprovecharon para presentar a la banda y despedirse, dejando el listón muy alto para las dos siguientes bandas.

Sin demasiado tiempo para cambiar nos encontramos con la irrupción sobre las tablas de 7 ALMAS, una banda que ya lleva unos cuantos conciertos pateándose los escenarios presentando su único disco hasta la fecha “Nueva Tierra” y que descargaron íntegramente. Al igual que The Val aprovecharon perfectamente su tiempo y salieron a matar desde el principio, con su hard rock melódico y contundente de clara inspiración clásica, sonando muy bien, aunque luego se les fue la mano en la mesa de sonido con el volumen, sobre todo de la guitarra de Oscar J. López y de la voz de Israel Hernansáiz. Las teclas de Carlos Mora sonaban muy bien con un regusto Lord-Airey, bien equilibradas sobre el bajo de Oscar Salas “Cherokee” que apoyó también competentemente en los coros, y sobre la batería Oscar Pérez (Nexx, Khy) siempre una garantía y que se ha unido definitivamente a la banda tras entrar sustituyendo al tristemente fallecido David Saura.
Abrieron fuego con dos temas potentes de esencia Whitesnake, “Buscando” en el que ya vimos que Israel estaba con ganas y preguntándonos si aguantaría el nivel durante todo el concierto, algo que sí hizo, y “Dispuesto y en Pie” más cadenciosa y con cierto regusto blues. Nos llevaron a territorios más épicos con “Diosa del Templo” con unos juegos de teclas y guitarra que me recordaron mucho a Rainbow y a la época Turner de Malmsteen, prolongando su riqueza instrumental en la más hard melódica “Te Siento Lejos”, antes de levantar el pie del acelerador con el emotivo medio tiempo “Te Siento Lejos” en el que Israel se colgó la acústica acompañando su rítmica.
Vuelta a la caña con la despechada “Libre” tirando de garganta hacia arriba, antes de volver a relajarse con la fantástica balada “Más Allá” en la que lucieron más los coros de Cherokee y de López y la acústica, que tomó luego el protagonismo absoluto dejando solos en escena a cantante y guitarrista para redondear uno de los momentos cumbre del show, una espectacular versión de “Gimme All Your Love” de Whitesnake que les quedó soberbia, coreada voz en grito por el público.
A partir de aquí se les fue un poco la mano con el volumen, como decía al principio, pero eso no emborronó los buenos temas que nos dejaron como las cañeras “Hasta El Amanecer” que me recordó una barbaridad a Beethoven R. por su tratamiento del ritmo y la voz, “Nueva Tierra” algo más melódica pero con igual o más pegada con un Oscar Pérez perfecto, y la reivindicativa “Vampiros de Traje” que bien podrían haber firmado los Atlas más agresivos.
Dejaron para el final los dos temas más conocidos del grupo, el romántico medio tiempo cercano al A.O.R. “Esperándote” que sonó muy bien, al igual que la desgarrada “Donde Está Tu Amor” con el estribillo de nuevo cantado por los presentes que despedimos al grupo con una merecida ovación como premio a su muy buena actuación. Era la primera vez que veía a 7 Almas y sí puedo no será la última ya que en directo me gustaron incluso más que en disco.
Después de los dos grandes conciertos que acabamos de presenciar de A.O.R. y Hard Rock, llegaba el momento de cerrar la velada con una de las sensaciones surgidas en los últimos años en España dentro del rock progresivo más ecléctico, los castellonenses DRY RIVER. Por lo que me habían comentado algunos amigos que los habían visto anteriormente, estos chicos montaban unos shows realmente grandes, con profusión de detalles y teatralización, y esta vez no iba a ser menos. Los primeros en aparecer ante el público, muy numeroso agolpado en las primeras filas y con abundante representación de sus paisanos, fueron dos actores que presentaron el espectáculo vestidos como camareros de una boda siguiendo la temática general de su último trabajo “Si Alguien Tiene Algo Que Decir… Que Calle Para Siempre”, y anunciando a Dry River como la orquesta que amenizaría el evento.
Perfectamente uniformados con unas llamativas chaquetas doradas empezaron con la versión intro de “Traspasa Mi Piel” casi a cappella enlazando luego con la hard rockera de esencia setentera “Bajo Control” donde lucieron sobre todo los teclados a lo Purple de Martí Bellmunt que también tuvo tiempo de sacar el saxo para darle un toque jazz que chocaba con los riffs duros del también teclista Carlos Alvarez y de Matías Orero, completando el primer tema dándonos una idea de lo que nos venía encima.
A todo esto el maestro de ceremonias era el cantante Angel Belinchón, que a pesar de haber sufrido una afección de garganta sacó adelante el concierto con solvencia, simpatía y tablas propias de un showman de nivel con un claro sentido del espectáculo marcando los tiempos junto al bajista David Mascaró, y al batería Alfred Berengena (hermano de Rubén, también batería de The Val) que sustituyó al titular de la banda Pedro Corral que no pudo participar en el festival por motivos personales.
Tras esa primera andanada siguió la representación con la positiva “El Lado Bueno de las Cosas Malas” corte de asequible sinfonismo, con cierto aire Asfalto, antes de la vuelta de uno de los actores encarnando a un dictador para ilustrar la irónica y marcial “Oda Al Líder” que preludió a la sarcástica “Cuanto Vales Tú” en  la que desplegaron sus dotes interpretativas al estilo Queen pero con un toque duro y progresivo lleno de matices instrumentales, de nuevo con el saxo tenor de Martí incluido.
Volvió el clima desenfadado con la pegadiza de melodías cercanas al A.O.R. “Irresistible”, de nuevo con los dos actores acompañando su ejecución a ritmo de aeróbic haciéndonos palmear y provocando más una carcajada que despistó a alguno que no apreció la gran riqueza melódica que encierra el tema. Provocaron una nueva subida de intensidad progresiva con la oscura “Frascos Vacíos” que aun sonando muy bien creo que cortó un poco el rollo, recuperando más ritmo con “La Mujer Del Espejo” y sobre todo con la festiva “Pequeño Animal” tema con el que rompieron en su primer disco y que fue muy celebrado por el respetable botando al ritmo marcado por Angel, antes de abandonar el escenario por primera vez recuperando en su versión íntegra “Traspasa Mi Piel” que fue cantada casi íntegramente por los presentes cerrando el primer acto por todo lo alto.
Pero la cosa no podía quedar así, y tras invitar a subirse a Gaby De Val y a Israel Hernánsaiz, y con uno de los actores caracterizado como Freddy Mercury, se marcaron un enorme medley de Queen que abrieron y cerraron con “Bohemian Rhapsody” salpicándola entre medias de fragmentos de algunos de los himnos de los británicos como “Killer Queen”, Don’t Stop Me Now”, “We Are The Champions”, “Tie Your Mother Down”, “Princess Of The Universe”, “I Want It All”, “Inuendo”, "One Vision”, “Friends Will Be Friends” o “Who Wants To Live Forever”.
Colofón magnífico para una noche en la que las tres bandas rayaron a un gran nivel, aunque quizá por separado se hubieran podido disfrutar más, a The Val y 7 Almas poco o nada que objetar, y a Dry River, dado lo intenso y complejo de su show que me resultó un tanto agobiante por momentos el verles querer hacer tantas cosas juntas, todas muy bien, pero ya tenía el cansancio acumulado de las otros dos grupos y estaba deseando sentarme. En cualquier caso muy buenos, pero con algo menos de adornos y artificios creo que me gustarían igual o más.
Mariano Palomo