martes, 29 de septiembre de 2015

DRY RIVER / 7 ALMAS / THE VAL

26 de septiembre 2015. Sala Caracol

Desde que antes de verano se anunciara este festival de Hard Rock Melódico y Progresivo marqué su fecha en rojo en mi calendario de eventos ya que reunía muchos alicientes para ser muy tenido en cuenta, la variedad de estilos que ofrecía, el nivel de las bandas de las que sólo había visto hasta entonces a una de ellas pero con muy buenas referencias de las otras dos, además de la elección de la sala y el día. Y a la vista de la respuesta del público, no solo madrileño, parece que fuimos bastantes los que pensamos lo mismo completando prácticamente tres cuartas partes del aforo de Caracol, con los consiguientes movimientos entre banda y banda.

Con unos minutos de retraso respecto al horario anunciado se abría el telón y aparecían en escena THE VAL, una banda que afortunadamente parece que va recogiendo los frutos de su tremendo talento y trabajo con dos discos publicados hasta la fecha que en mi opinión son de lo mejorcito de la historia del A.O.R. nacional. Del segundo, “Heading For The Surface” dieron buena cuenta interpretándolo casi íntegramente, pero sin olvidarse tampoco de su ya entrañable “Back” que también tuvo hueco con cuatro de sus mejores temas en la hora y cuarto de la que dispusieron.
Comenzaron tras la intro de rigor con la enérgica “Wreckage Of My Heart” marcada por las voces de una inspirada y entregada Gaby De Val y en segundo plano de María López, que volvió a apoyar también desde uno de los teclados, y por un Alfonso Samos que ya vimos que como siempre estaba dispuesto a no dejarse ni un solo ni un acorde de su guitarra dando una clase de apasionada técnica. Por su parte Rubén Berengena marcaba el ritmo con precisión desde los tambores, mientras que Alex Morell sufría algún que otro problema de sonido con su bajo pero sin afectar mucho al sonido general, que se saturaba un poco cuando entraban los teclados de María junto a los de Tony Ortega, teclista principal del grupo.
Ya metidos en faena y con la gente disfrutando, nos dejaron una serie de temas a cual mejor, comenzando por la preciosa “Crusaders” con esos teclados sinfónicos maravillosos dando réplica a las escalas de guitarra que la adornaban por debajo de la voz de Gaby, que a continuación presentaba la positiva “Wish You All The Best”, a la que siguió una deliciosa “Up To Where You Are”, A.O.R. de primera clase con unos magníficos juegos de melodías de teclas y guitarra.

Tras esta primera remesa de temas recientes, momento para el recuerdo con el que fue el primer tema de choque de “Back”, la fantástica “A Kiss In A Dragon Night”, que sonó con más fuerza de lo habitual, al igual que una muy rockera “My Heart Is Beating” de nuevo con las dos voces femeninas brillando, para relajarse después con “She’s Dumb And Blind” que a pesar de su suavidad sonó rotunda e intensa.
Llegó otro momento cumbre con la blackmoriana “Roses And Rings” en la que nos invitaron a corear su sencillo estribillo envolviendo su gran melodía, antes de acelerar con la hard “Johnny’s Got a Red Car” que nos hizo movernos y corear de nuevo con sus golpes de voz previo solo-intro alargado de Alfonso con apoyo de Tony, aunque para solo del guitarrista el que se marcó explayándose a base de bien en “Stardust” cuadrándolo dentro de su sonido blues-soul donde lucieron Gaby y María con unas enormes voces.
Para el final nos dejaron dos de los temas más celebrados de su primer disco, la melancólica “The Unwritten Songs” provista de una gran carga emotiva y una fuerza enorme en su final más propio de Led Zeppelin que otra cosa, y su himno ecologista “The Age Of The Sun” que volvió a ser de lo mejorcito con su rollo luminoso, y en la que aprovecharon para presentar a la banda y despedirse, dejando el listón muy alto para las dos siguientes bandas.

Sin demasiado tiempo para cambiar nos encontramos con la irrupción sobre las tablas de 7 ALMAS, una banda que ya lleva unos cuantos conciertos pateándose los escenarios presentando su único disco hasta la fecha “Nueva Tierra” y que descargaron íntegramente. Al igual que The Val aprovecharon perfectamente su tiempo y salieron a matar desde el principio, con su hard rock melódico y contundente de clara inspiración clásica, sonando muy bien, aunque luego se les fue la mano en la mesa de sonido con el volumen, sobre todo de la guitarra de Oscar J. López y de la voz de Israel Hernansáiz. Las teclas de Carlos Mora sonaban muy bien con un regusto Lord-Airey, bien equilibradas sobre el bajo de Oscar Salas “Cherokee” que apoyó también competentemente en los coros, y sobre la batería Oscar Pérez (Nexx, Khy) siempre una garantía y que se ha unido definitivamente a la banda tras entrar sustituyendo al tristemente fallecido David Saura.
Abrieron fuego con dos temas potentes de esencia Whitesnake, “Buscando” en el que ya vimos que Israel estaba con ganas y preguntándonos si aguantaría el nivel durante todo el concierto, algo que sí hizo, y “Dispuesto y en Pie” más cadenciosa y con cierto regusto blues. Nos llevaron a territorios más épicos con “Diosa del Templo” con unos juegos de teclas y guitarra que me recordaron mucho a Rainbow y a la época Turner de Malmsteen, prolongando su riqueza instrumental en la más hard melódica “Te Siento Lejos”, antes de levantar el pie del acelerador con el emotivo medio tiempo “Te Siento Lejos” en el que Israel se colgó la acústica acompañando su rítmica.
Vuelta a la caña con la despechada “Libre” tirando de garganta hacia arriba, antes de volver a relajarse con la fantástica balada “Más Allá” en la que lucieron más los coros de Cherokee y de López y la acústica, que tomó luego el protagonismo absoluto dejando solos en escena a cantante y guitarrista para redondear uno de los momentos cumbre del show, una espectacular versión de “Gimme All Your Love” de Whitesnake que les quedó soberbia, coreada voz en grito por el público.
A partir de aquí se les fue un poco la mano con el volumen, como decía al principio, pero eso no emborronó los buenos temas que nos dejaron como las cañeras “Hasta El Amanecer” que me recordó una barbaridad a Beethoven R. por su tratamiento del ritmo y la voz, “Nueva Tierra” algo más melódica pero con igual o más pegada con un Oscar Pérez perfecto, y la reivindicativa “Vampiros de Traje” que bien podrían haber firmado los Atlas más agresivos.
Dejaron para el final los dos temas más conocidos del grupo, el romántico medio tiempo cercano al A.O.R. “Esperándote” que sonó muy bien, al igual que la desgarrada “Donde Está Tu Amor” con el estribillo de nuevo cantado por los presentes que despedimos al grupo con una merecida ovación como premio a su muy buena actuación. Era la primera vez que veía a 7 Almas y sí puedo no será la última ya que en directo me gustaron incluso más que en disco.
Después de los dos grandes conciertos que acabamos de presenciar de A.O.R. y Hard Rock, llegaba el momento de cerrar la velada con una de las sensaciones surgidas en los últimos años en España dentro del rock progresivo más ecléctico, los castellonenses DRY RIVER. Por lo que me habían comentado algunos amigos que los habían visto anteriormente, estos chicos montaban unos shows realmente grandes, con profusión de detalles y teatralización, y esta vez no iba a ser menos. Los primeros en aparecer ante el público, muy numeroso agolpado en las primeras filas y con abundante representación de sus paisanos, fueron dos actores que presentaron el espectáculo vestidos como camareros de una boda siguiendo la temática general de su último trabajo “Si Alguien Tiene Algo Que Decir… Que Calle Para Siempre”, y anunciando a Dry River como la orquesta que amenizaría el evento.
Perfectamente uniformados con unas llamativas chaquetas doradas empezaron con la versión intro de “Traspasa Mi Piel” casi a cappella enlazando luego con la hard rockera de esencia setentera “Bajo Control” donde lucieron sobre todo los teclados a lo Purple de Martí Bellmunt que también tuvo tiempo de sacar el saxo para darle un toque jazz que chocaba con los riffs duros del también teclista Carlos Alvarez y de Matías Orero, completando el primer tema dándonos una idea de lo que nos venía encima.
A todo esto el maestro de ceremonias era el cantante Angel Belinchón, que a pesar de haber sufrido una afección de garganta sacó adelante el concierto con solvencia, simpatía y tablas propias de un showman de nivel con un claro sentido del espectáculo marcando los tiempos junto al bajista David Mascaró, y al batería Alfred Berengena (hermano de Rubén, también batería de The Val) que sustituyó al titular de la banda Pedro Corral que no pudo participar en el festival por motivos personales.
Tras esa primera andanada siguió la representación con la positiva “El Lado Bueno de las Cosas Malas” corte de asequible sinfonismo, con cierto aire Asfalto, antes de la vuelta de uno de los actores encarnando a un dictador para ilustrar la irónica y marcial “Oda Al Líder” que preludió a la sarcástica “Cuanto Vales Tú” en  la que desplegaron sus dotes interpretativas al estilo Queen pero con un toque duro y progresivo lleno de matices instrumentales, de nuevo con el saxo tenor de Martí incluido.
Volvió el clima desenfadado con la pegadiza de melodías cercanas al A.O.R. “Irresistible”, de nuevo con los dos actores acompañando su ejecución a ritmo de aeróbic haciéndonos palmear y provocando más una carcajada que despistó a alguno que no apreció la gran riqueza melódica que encierra el tema. Provocaron una nueva subida de intensidad progresiva con la oscura “Frascos Vacíos” que aun sonando muy bien creo que cortó un poco el rollo, recuperando más ritmo con “La Mujer Del Espejo” y sobre todo con la festiva “Pequeño Animal” tema con el que rompieron en su primer disco y que fue muy celebrado por el respetable botando al ritmo marcado por Angel, antes de abandonar el escenario por primera vez recuperando en su versión íntegra “Traspasa Mi Piel” que fue cantada casi íntegramente por los presentes cerrando el primer acto por todo lo alto.
Pero la cosa no podía quedar así, y tras invitar a subirse a Gaby De Val y a Israel Hernánsaiz, y con uno de los actores caracterizado como Freddy Mercury, se marcaron un enorme medley de Queen que abrieron y cerraron con “Bohemian Rhapsody” salpicándola entre medias de fragmentos de algunos de los himnos de los británicos como “Killer Queen”, Don’t Stop Me Now”, “We Are The Champions”, “Tie Your Mother Down”, “Princess Of The Universe”, “I Want It All”, “Inuendo”, "One Vision”, “Friends Will Be Friends” o “Who Wants To Live Forever”.
Colofón magnífico para una noche en la que las tres bandas rayaron a un gran nivel, aunque quizá por separado se hubieran podido disfrutar más, a The Val y 7 Almas poco o nada que objetar, y a Dry River, dado lo intenso y complejo de su show que me resultó un tanto agobiante por momentos el verles querer hacer tantas cosas juntas, todas muy bien, pero ya tenía el cansancio acumulado de las otros dos grupos y estaba deseando sentarme. En cualquier caso muy buenos, pero con algo menos de adornos y artificios creo que me gustarían igual o más.
Mariano Palomo

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