martes, 7 de marzo de 2017

PRAYING MANTIS / BAJOPRESION

3 de marzo 2017. Sala Lemon

Los seguidores del heavy rock más clásico estábamos citados el pasado día 3 de marzo para ver por primera vez en Madrid a una de las bandas de mayor calidad y menor reconocimiento surgidas a finales de los setenta dentro de aquella maravillosa locura que fue la NWOBHM (New Wave Of British Heavy Metal).

Una falta de reconocimiento que desgraciadamente sigue patente a día de hoy al menos en España viendo el escaso respaldo con el que contaron en su cita capitalina reuniendo apenas alrededor de un centenar de entregados fieles, entre ellos un buen número de jóvenes que no llegaban a la treintena, algo que me agradó bastante y que por otra parte me hizo echar aún más de menos a los más veteranos, supongo que alguno de ellos viendo a Tankard que actuaban prácticamente a la misma hora en la Sala But. Reseñar también que antes de los cabezas de cartel, abrieron la velada los madrileños BAJOPRESION,banda liderada por el bajista Javi Canseco (Asfaltika, Cuatro Gatos) a los que lamentablemente no llegamos a tiempo de poder ver.

En cualquier caso la escasez de público no pareció importarles a unos PRAYING MANTIS que salieron a ganarse el sueldo desde el primer segundo derrochando energía, actitud, clase y simpatía para desplegar durante hora y media un muy buen set list repasando gran parte de su discografía, singles incluidos, aunque inevitablemente cada uno echaría de menos algún tema emblemático del grupo, en mi caso me faltaron la primigenia “Cheated”, y las posteriores “Only The Children Cry”, “Victory” o “Nowhere To Hide”.

Comenzaron con una breve intro de teclas grabadas que seguramente quedarían mejor con un teclista en directo, aunque no son de los más exagerados ni mucho menos a la hora de tirar de sonidos enlatados, para dar paso a una épica y melódica “Fight For Your Honour” tema de choque de su última entrega “Legacy” publicado hace un par de años y del que cayeron otro par de temas más a lo largo del concierto. Ya pudimos empezar a comprobar lo bien que sonaba todo, con esos coros y guitarras dobladas marca de la casa que ejecutan como nadie destilando melodía y carisma moviéndose sobre la delgada línea entre el hard y el heavy melódico.

A la cabeza como siempre los Hermanos Troy, Tino a la guitarra y Chris al bajo y las voces sencillamente tremendos, acompañados por el guitarrista Andy Burgess alternando solos y rítmicas con Tino rallando a gran altura, al igual que el batería holandés Han's In t'Zandt, completándose el quinteto con su compatriota John Cuijpers que mostró su buenas dotes como cantante y sobre todo como frontman manejando los tiempos con soltura y acierto.

Después de la primera andanada actual y tras los saludos de bienvenida, un par de recuerdos a los inicios de la banda con dos temas que a los que llevamos siguiéndoles tiempo nos supieron a gloria, “Panic In The Streets” de su primer LP “Time Tell No Lies” (1981) pura esencia NWOBHM con las guitarras doblándose con un gusto y fuerza enormes, al que sucedió el tema que de nombre al grupo “Praying Mantis” otra delicia llena de elegancia con Tino soberbio en el solo.

Vuelta a la actualidad de nuevo con la teclas grabadas dejándose notar en la más inmediata “Believable” donde los riffs más duros se dulcificaban con la melodías vocales, alcanzando aún mayor nivel de excelencia en la magnífica “Highway” preñada de ese sonido melódico británico característico de los noventa (afortunadamente no todo fue malo en aquella década), y sobre todo en una maravillosa ejecución del envolvente medio tiempo “Lovers To The Grave” con Chris tomando gran protagonismo en las voces junto a Zandt creando unas emotivas melodías.

A estas alturas el show no hacía más que crecer en intensidad con la banda y el público compartiendo palmeos y coros para dar paso a otro temazo como fue “Time Slipping Away” de su segundo larga duración de estudio “Predator In Diguise” (1991), antes de volver al primero con la guerrera “Borderline” marcada por los redobles de Han's y la energía vocal de Cuijpers, para relajarse luego con una preciosa “Dream On” consiguiendo meternos en la cabeza su estribillo lleno de sentimiento y sin dejar que se notaran demasiado los problemas que tuvo Tino con el ampli de su guitarra y que, mientras Cuijpers bromeaba con el público, fueron solventados eficientemente por el personal técnico para poder seguir disfrutando con otro buen clásico como “To The Power Of Ten”.

Nuevamente reaparecieron los teclados en la intro larga de “The Runner” que pasó algo más desapercibida para cerrar los temas del último disco antes de afrontar la recta final con un señor póker de clásicos que casi por si solo hizo que mereciera la pena habernos acercado a la sala de la Avenida de Brasil.


Así “Rise Up Again” fue puro poderío, sonó tremenda, cañera, motivante, con el público entregado coreando casi a capela, para seguir con otra de las piezas fundamentales de la discografía de la banda, “Turn The Tables”, que nos transportó a los mejores tiempos del heavy rock melódico de las Islas y que todavía me parece increíble que inicialmente solo apareciera en formato single en 1982, aunque luego fue recuperada en el EP “Only The Children Cry” (1993).

El final vino con la hímnica “Children Of The Earth” destilando fuerza y melodía con una pegada tremenda antes de despedirse muy brevemente para volver a saco presentando a los miembros del grupo entre los acordes de “Captured City” otro de esos singles imperdibles entre el que se coló un breve solo de batería como en su versión larga del directo “Captured Alive In Tokyo City” (1996) para completar un excelente concierto.

Un show tan sencillo como efectivo y brillante que seguro permanecerá durante mucho tiempo en la memoria de los pocos afortunados que pudimos disfrutarlo, los que no estuvisteis pensároslo mejor para la próxima ocasión, seguro que no arrepentiréis. Grandes Praying Mantis.

Texto: Mariano Palomo

Fotos: Diego L. Pérez