lunes, 2 de abril de 2018

JOE LYNN TURNER / JORGE SALAN / REGRESION

29 de marzo 2018. Sala Cool Stage


No las tenía todas conmigo respecto a la respuesta que podía esperarse en pleno jueves santo para recibir una nueva visita de uno de los cantantes más carismáticos y solventes del hard rock mundial, en este caso con el aliciente añadido de la presencia de nuestro paisano Jorge Salán a la guitarra. Afortunadamente mis temores se disiparon cuando unos minutos después de la apertura de puestas se observaba una importante fila de espera para acceder al recinto de la céntrica sala Cool Stage, que fue cogiendo temperatura paulatinamente hasta llenarse prácticamente por completo.

Un lleno del que pudieron disfrutar en parte de los barceloneses REGRESION, una banda de heavy rock de raíces ochenteras, que ya me gustaban bastante en estudio, y que refrendaron esas buenas sensaciones en vivo con tres cuartos de hora de enérgico y competente show para desgranar nueve piezas de su ya notable repertorio. Comenzando tras una callejera intro enlatada que dio paso a la potente “Gritos en la Oscuridad” en la que la voz de Pedro Guijarro y la batería de José Ignacio Uría sobresalían comiéndose al resto de los instrumentos, sobre todo a las guitarras de Pablo González y Toni Sánchez que quedaron un tanto romas, mejorando en su solo doblado a lo Maiden, mientras el bajo de David Pérez quedaba más equilibrado.

Con “5 De Noviembre” ya fue matizándose más el sonido, sobre todo el de la voz que aunque todavía bastante alta me convenció algo más dentro de unos ritmos cercanos al power recordándome a un poco a Avalanch, y de nuevo a al dúo Murray–Smith a las guitarras. Todo esto con Pedro sin parar de moverse  e interactuar con un público que poco a poco fue metiéndose en fiesta coreando y levantando el puño, sobre todo en temas tan directos como “Mil Sirenas” con un sabor ochentero magnífico y único que cayó de su tercer trabajo “Santa Decadencia” (2011) del que no me hubiera importado haber escuchado alguno más, o siguiendo los gestos provocativos que venían desde arriba del escenario levantando el dedo corazón en “Cautivo” que fue de las que más me gustó ya con un sonido bastante bueno quedando arrogante y melódica.

Con “Llévame Contigo continuaron recordando su penúltima entrega “Prisioneros” (2015) en clave más hard rockera a lo Guns n’ Roses sobre todo por la manera de arrastrar las cuerdas de las guitarras de Pablo y de Toni con un rollo callejero, que se prolongó en la desafiante “No Nos Van a Parar” con un estribillo muy pegadizo doblando voces y en la que acercaron el micro a un niño de la primera fila quedando un momento realmente simpático, y que terminó de rematarse con la macarra y autoafirmante “Quién Soy Yo (Sin el Puto Rock and Roll)” destacando su coros.

Para el cierre recuerdo al gran Lemmy con “Puño de Hierro” ya con el personal palmeando al ritmo marcado por el potente bajo de David mientras en sus estrofas caían continuas referencias a Mr. Kilminster y sus Motorhead, finalizando con una prolongada “Estrella del Rock” tema que prácticamente daba título a su EP de 2013 y que sirvió como festivo y descarado broche a una buena actuación de una banda más que competente para abrir fuego.

Tras un paréntesis de más de media hora que hizo que se recortara algo la siguiente actuación, y tras algún que otro problema técnico de última hora, salía a la palestra JORGE SALAN para dejarnos un sabroso entremés de blues rock en formato de trío junto al bajista Ken Sandin (Alien, Kee Marello) y al batería Darby Todd (Robert Plant, Paul Gilbert), repitiendo los tres posteriormente formando parte de la banda del cabeza de cartel.

Apenas veinticinco minutos de actuación para dejar una vez más constancia de la enorme clase y sentimiento que destila Jorge en cada una de sus apariciones en vivo, ya sea para tocar cuatro temas o para grabar un DVD, y que sirvió para que sus fieles disfrutáramos una vez más de su buen hacer y para que los que todavía no lo habían podido hacer lo descubrieran por primera vez, no creo que a estas alturas hubiera muchos de estos últimos.

Comenzaron por la tórrida “Leave My Girl Alone” de Buddy Guy interpretada con un tremendo desgarro con Sandin marcando perfectamente el compás y con Todd acompañando más relajado de lo habitual mientras Salán se exhibía a la guitarra y la voz. Metieron una marcha más con la divertida “Key To Love” actualizada en su sonido respecto al original de John Mayal y con alguna licencia “marciana” en su solo como suele ser costumbre del hacha madrileño, al igual que en la tremendamente rítmica y afilada “Going Down” de Freddy King, para terminar chorreando sentimiento y pasión con la estremecedora “The Thrill Is Gone” de B.B. King que se ha convertido en una de las imprescindibles de los sets de Jorge. Excelente cierre para dejarnos un gran sabor de boca y con ganas de más, habrá que esperar a próximas ocasiones.

A las 22:30, ya con un ambiente espectacular se apagaban las luces de la sala y empezaba a sonar enlatado un medley de temas de Rainbow con la estrella de la noche a la voz JOE LYNN TURNER que salto a escena tras sus compañeros de banda para abrir lo terminó siendo una gran actuación que no empezó todo lo redonda que hubiera sido deseable. Y es que en los primeros compases de la misma la voz del cantante norteamericano quedaba muy por debajo de una instrumentación excesivamente alta, casi saturante, con los teclados de P.O Nilsson (Bobby Kimball, Robin Beck) y con la guitarra de Jorge comiéndose casi todo el sonido y desvirtuando un tanto la interpretación de un temazo como “Death Alley Driver” ya coreado a grito pelado por una entregada audiencia.

Fue mejorando la cosa desatándose la locura con el himno “I Surrender” poniendo el recinto patas arriba importando poco que se escuchara más o menos la voz de Turner y con Jorge luciéndose variando un poco el solo, como sucedió en la parte final de “Jealous Lover” con un guiño medio funky bastante curioso pero respetando su esencia, y ya con la voz en condiciones óptimas, llegando a uno de los puntos culminantes de la velada con una excelente “Stone Cold” brillante e intensa con un perfecto equilibrio en todos sus registros instrumentales y vocales plenos de clase y melodía.

Después del póker inicial de clásicos de Rainbow, primero de los dos temas de la carrera en solitario de Joe Lynn Turner que nos tenía reservados, “Dark Days”, una intensa composición perteneciente a su álbum “Second High Life” (2007) que sonó muy bien, con dureza y melodía antes de volver a ponernos a palmear para acompañar una vibrante “Spotlight Kid” con la guitarra y los teclados de nuevo brillantes creando una espectacular atmósfera, relajándose con la preciosa “Street Of Dreams” otra de las más cantadas y celebradas por la concurrencia con una exquisita ejecutoria vocal e instrumental.

Se llegaba al ecuador del show con la banda y el público disfrutando y brindando por una noche que iba a más, entre bromas y veras momento para “Blood Red Sky” un señor temazo lleno de encanto para recordar el LP “Slam” (2001) y en el que la evocadora melodía salida de las manos de  Nilsson y de Salán encajaba como un guante con la apasionada interpretación Turner, para atacar después con la desenfadada “Drinking With The Devil” botellas en alto incluyendo una breve intervención de Jorge dirigiéndose a la gente mostrándose agradecido y feliz viendo que los sueños a veces se cumplen, aunque luego se le fue algo la mano con la distorsión y con el ritmo de “Can’t Happen Here” que les quedó un poco atropellada aunque poco pareció importarles al medio millar de fans que la cantaban sin reparo alguno.

Tras este momento frenético se recuperaba la calma con la esotéricas teclas de “Can’t Let You Go” para dar paso a otro momento mágico, sencillamente sublime como sonó, llena de feeling y fuerza con una escalofriante subida de tono en su estribillo, volviendo a embarullarse un poco con una endurecida “Stranded” que no les quedó muy allá, todo lo contrario que “Rising Force”, uno de los temas bandera de la etapa Malmsteen de Turner y que resultó increíblemente poderosa y técnica con un Jorge entregado y preciso en su ejecutoria recordando épocas pasadas haciendo que no echáramos en falta al divo sueco.

El fin de fiesta, tras un mínimo amago de salida del escenario de la banda, vino con el pertinente y cariñoso recuerdo a Ronnie James Dio, como preludio al himno de los himnos “Long Live Rock and Roll” alargada con mínimos solos de cada uno de los músicos al ser presentados y con un breve guiño al “Lazy” de Deep Purple. Excelente cierre para una muy buena noche de hard & heavy clásico, con un delicioso interludio bluesy, y que sobre todo supuso un gran reencuentro del público de la capital con un artista que parece tener cuerda para rato demostrando unas tablas enormes y sabiendo lo que la gente quiere de él, básicamente los temas con los que el gran público le conoció y con los que nos conquistó a los que crecimos bajo el influjo de Rainbow.
P.D.: Para la próxima, y como capricho personal, no me importaría en absoluto que se marcara unos cuantos temas de su obra maestra en solitario “Rescue You” (1985) con la que tocó el cielo del A.O.R., por pedir que no quede.

Mariano Palomo



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