lunes, 21 de mayo de 2018

7 ALMAS / RAVE IN FIRE

18 de mayo de 2018. Sala Caracol

Tras un periodo de cierta sequía por mi parte en lo que a asistencia a conciertos de bandas nacionales se refiere, encaraba la cita del pasado viernes en la Sala Caracol con bastantes ganas de poder disfrutar de dos bandas de la escena madrileña. Una de ellas ya va recogiendo los frutos de su buen hacer con un par de notabilísimas entregas discográficas de hard melódico en su haber, la otra, menos rodada y desconocida para mí hasta ahora, supuso un más que agradable descubrimiento con su fiel forma de representar el legado del heavy metal más clásico a pesar de su juventud.

A la vista del buen aspecto que presentó el céntrico local de Embajadores parece que no éramos los únicos que teníamos ganas de pasar una buena tarde de hard & heavy, juntándonos unos trescientos asistentes que ya nos dábamos cita en buen número cuando aparecieron sobre las tablas los chicos de RAVE IN FIRE. Un quinteto de formación clásica heavy metalera con Willy Alonso a la voz, Alex Ramos al bajo, Jimmy Susanna a la batería y David Insua y Juanjo Negrete a las guitarras, que completaron una magnífica actuación de unos cuarenta minutos durante los cuales desgranaron íntegramente su EP “Chronicle of a Timeless End” publicado el pasado mes de febrero, acompañándolo de un par de acertadísimas versiones de clásicos entre clásicos.

Comenzaron de forma rápida y sobria con “Fighting Back” tema de estructura bastante Judas Priest, con las guitarras sosteniendo su ritmo para que Willy empezara a mostrar su notable capacidad vocal, engolando por momentos su voz, para enlazar sin pausa con la teatral de cierto regusto Lizzy Borden “Beautiful Lies”, acordes doblados, puño en alto y a seguir metaleando como si estuviéramos a mediados de los ochenta. A todo esto sonando bastante bien, aunque con un volumen algo bajo en las guitarras, algo que no impidió el lucimiento de la pareja de hachas con un David más protagonista con su Stratocaster perfectamente replicado por la Explorer de Juanjo.

Siguieron por la misma senda pero más directos y rotundos con “Lost In a Road” haciéndonos corear su claro estribillo en el que Willy subió tonos con facilidad interactuando con una audiencia cada vez más metida e identificada con su propuesta. Un público que mostró seguidamente su sorpresa y admiración por la pedazo de versión que se marcaron de un tema tan enorme y complejo como es “Victim of Changes” de Judas Priest que ejecutaron fantásticamente con gran fidelidad y con unas excelentes prestaciones por parte de toda formación.

Vuelta a los temas propios con el que da título a su EP “Chronicle of a Timeless End” y que fue el más épico que interpretaron con unas rítmicas muy marcadas y melódicas acelerando sobre su base con un sonido heavy power USA que se tornó más británico en la contagiosa “Rubble, Smoke and Darkness” con unas guitarras muy Maiden y con la voz de Willy de nuevo recordando a Lizzy Borden, y por ende a Dickinson.

Parecía que se terminaba la actuación, pero tras un amago de cierre de cortinas en el escenario, empezaron a sonar los primeros acordes de “Two Minutes to Midnight” de Iron Maiden con la que, dejando alguna pincelada personal en las melodías de voz, acabaron de redondear un muy buen show que seguro que hará que más de uno a partir de ahora sigamos muy de cerca la trayectoria de esta joven banda capitalina, recordar su nombre, Raven In Fire, tienen pinta de dar mucha guerra de aquí a nada.

Tras el preceptivo descanso y cambio de equipo en escena, comenzaron a sonar las notas que a modo de intro daban paso a los cabezas de cartel de la noche, los chicos de 7 ALMAS. Una banda que nos ha encantado en estudio con sus dos entregas hasta la fecha, y que en esta ocasión aprovechan para presentar la última de ellas “Abre los Ojos” de la que dieron buena cuenta durante su extensa actuación, sin olvidarse de su predecesora “Nueva Tierra” (2014) de la que también recordaron un buen número de temas.

La formación permanece con el vocalista Israel Hernansáiz al frente mostrando una potencia y poderío enormes reafirmándose como uno de los mejores frontmen de la escena hard nacional, aunque por momentos algo excesivo a la hora de interpretar unos temas que quizá no precisen de tantísimo derroche de potencia vocal, va sobrado de capacidad. Algo parecido a lo que le sucedió al magnífico guitarrista Oscar J. López con el sonido de su instrumento, desluciendo por momentos su gran ejecutoria por el excesivo volumen que se proyectaba hacia el público, haciendo incluso que en gran parte del concierto los teclados de Carlos Morr pasaran inadvertidos cuando son uno de los elementos diferenciales de las composiciones de la banda. A esto también contribuyó en buena medida el volumen, también excesivo por momentos de la batería del gran Oscar Pérez, que con su tremenda pegada no necesita que le suban tanto, y del brillante bajista Oscar Sala “Cherokee” que lució con su solvencia habitual a las cinco cuerdas.

Sonido aparte, pudimos disfrutar una vez de una banda en forma, con las ideas cada vez más claras y transmitiendo unas enormes ganas de ganar adeptos en todas y cada una de sus apariciones en vivo. Abrieron con “Nada de Ti”, tema despechado y enérgico marcado por su potente melodía de guitarra y sus buenos coros con gran aportación por parte de Cherokee acompañando a un Isra que ya salió a matar desde el principio. Enlazaron con otro de los temas del último disco “Siempre vas a Estar” ejecutado con mucho feeling pero de los más deslucidos por la saturación referida anteriormente sonando más embarullado perdiendo parte de su buena melodía, mejorando ya el sonido con una magnífica “Buscando”, primera de las rescatadas de su debut discográfico con la nos sedujeron haciendo sobrevolar el espíritu de los primeros Whitesnake, que siguió presente en con la rotunda “Dispuesto y en Pie”.

El show seguía desarrollándose con un sonido cada vez mejor, aunque sin acabar de redondearse, llegando a la elaborada “El Templo del Sol” bonita pieza de inspiración mitológica con buenos desarrollos instrumentales, tras la cual alcanzábamos uno de los momentos más emotivos de la noche con “Invierno en Octubre”, precioso medio tiempo para el que Isra se colgó la acústica dedicándosela al batería David Saura, tristemente fallecido poco antes de la salida del primer disco del grupo.

Continuaron en clave relajada y acústica con “Esperándote” una preciosidad llena de sentimiento en la que lucieron, esta vez sí, las teclas de Carlos, que siguieron teniendo presencia en la espectacular “Cuando Me Miras”, hard melódico de altísimo nivel, rematado con un breve y preciso solo de batería del señor Pérez, tras el que atacaron con la sensual “El Reino del Placer” plena de rollo y pegada, volviendo a los medios tiempos de aires Coverdelianos con “Tú en Mi Vida” en la que Isra se salió literalmente.

Retomaron la onda más contundente con la arrogante “Nunca Vuelvas” dejando ese halo Sangre Azul que tanto nos agrada resultando de lo más intensa para dar paso un interesante interludio instrumental con Oscar J. tirando de Telecaster para romper con otra de las destacadas del repertorio “Te Siento Lejos” que sonó directa y poderosa, bajando de revoluciones pero no de intensidad con “Ya No Estás” continuando el sonido que empezaron los grupos españoles de los ochenta con las teclas volviendo a lucir, para cerrar antes de los bises con una deslucida “Nueva Tierra” donde volvieron a saturar excesivamente llegando a resultar incluso molesta su escucha por momentos.

Mínima salida de escena, mínimos ajustes y vuelta a la carga con dos de los temas más claros y reconocidos del grupo, una espectacular “Donde Está Tu Amor” de nuevo con la acústica presente, y una fantástica “Revolución” Hard A.O.R. de altura que salió adelante con solvencia a pesar del su mejorable salida por los amplis, para rematar una gran noche que pudo haber sido de matrícula de honor de  no ser por los problemas reiterados anteriormente. Esperemos que para próximas ocasiones se solucionen estos inconvenientes y podamos disfrutar plenamente del talente de esta gran banda.

Texto: Mariano Palomo

Fotos: Diego L. Pérez